Hace unos meses tuve la oportunidad de medirme sobre las tablas con 4 poetas como 4 soles de grandes.
Era la final del Poetry Slam Compostela . Una velada presentada por el poeta y filósofo Diego Horschovski (@diego_horschovski) , y amenizada entre actos por la indudable calidad de Diego Salgado (spotify.com)
Las premisas principales en un slam son que la pieza no puede superar los 3 minutos, se trabaja sobre poesía de verso libre, deben ser piezas inéditas y se valora tanto el texto como la escenificación. Siempre sin utilizar elementos de attrezzo, caracterización ni objetos. Un poeta y un micro. Eso es todo.
La fotografía es obra de Rachel Martínez Pillado (@reichrad)
Salud mental
A raíz de la pandemia que nos asola ha surgido convenientemente el tema de los trastornos mentales. Yo exploté. Y lo hice como jamás creí poder hacerlo. Un maremágnum de emociones negativas (ira, tristeza, vergüenza, rabia, disgusto, pena) se apoderó de mí y tuve la suerte de caer en buenas manos. Una psicóloga de la seguridad social que recogió mis pedacitos del suelo y volvió a unirlos con maestría. Ayudándome a eliminar la culpabilidad como elemento principal. Bueno, eso y la ayuda de unas pastillitas maravillosas que me guiaron para reencontrarme, eso sí, tras probar varios tratamientos que me zombificaron durante semanas y me negué a seguir consumiendo. Debo decir que la parte química de mi recuperación estuvo bastante contaminada por la psiquiatra.
No es baladí cuando se afirma que la recuperación mental proviene de uno mismo. Desde luego en mi caso. Debes aferrarte a cualquier madera que te mantenga a flote. Yo encontré varias astillas con las que formé un gran tronco. Las horas de sueño, la alimentación, el ayuno, respirar, meditación, deporte… y sigo ahí, como un exfumador recordando cada mañana por qué me levanto y hacia dónde voy. Son preguntas difíciles, pero en la búsqueda de respuesta está la clave, supongo.
Y de eso hablo en la pieza, de caída hacia el abismo. Del caos como factor dominante y de las herramientas que desde hace 2 años utilizo cada día de mi nueva existencia.
Espero que la disfrutéis, y si alguna vez me veis tan hundido que se me confunda con el fango del fondo del mar, dadme un abrazo y un Elontril. El resto, como siempre, es cosa mía.